Maria Bramer

Lo que me cualifica como coach es, por un lado, mi formación y certificación como coach y mediador sistémico, que me han proporcionado los métodos y conocimientos especializados necesarios.

Por otro lado, además de mi formación académica (licenciatura en administración de empresas internacionales y máster en estudios europeos), tengo una amplia experiencia profesional que abarca diferentes industrias y sectores, tanto a nivel nacional como internacional. La diversidad de mi experiencia profesional me permite empatizar bien con diferentes contextos y responder de forma flexible a las necesidades de mis coachees.

En general, no es solo mi formación formal lo que me distingue, sino sobre todo mi pasión por el desarrollo individual de las personas y mi compromiso por ayudarlas a alcanzar sus objetivos. En mi trabajo, valores como la empatía, la apertura y la imparcialidad de valores son especialmente importantes para mí, pero también lo son la diversión y la creatividad durante el proceso de coaching. Mi enfoque de coaching está orientado a la búsqueda de soluciones y me gusta utilizar ejercicios de atención plena para acompañar a mis coachees en su proceso.

Desconecto mejor en la naturaleza y cuando estoy en movimiento, ya sea en bicicleta, haciendo yoga o montando a caballo. Alternativamente, me gusta leer un buen libro en una hamaca.

Un coach es un compañero que está a la altura de los ojos y que ayuda al coachee a aclarar sus objetivos y desarrollar estrategias para alcanzarlos. El coach trabaja de manera orientada a los recursos descubriendo, destacando y promoviendo las fortalezas y el potencial individuales del coachee. A través de métodos específicos, preguntas y comentarios, el coach ayuda a promover la autorreflexión del coachee y a descubrir nuevas perspectivas.

También es importante promover la responsabilidad personal y la autoeficacia. El coach anima al coachee a asumir activamente la responsabilidad de sus acciones y lo apoya para lograr sus propios objetivos. El proceso de coaching es confidencial, orientado a la búsqueda de soluciones y adaptado a las necesidades individuales del coachee.

También es importante destacar que un coach no asume un rol terapéutico. El coaching se centra en el presente y el futuro y no en lidiar con el pasado. En general, un coach brinda estructura y apoyo para alcanzar objetivos de desarrollo personal y profesional.